Por Jorge Neri - DYN

Ariel Ortega dejó el Monumental de la forma más triste, impensada tras más de 20 años de transitar ese lugar. Daniel Passarella que lo hizo debutar en Primera en 1991, casi dos décadas después, debe definir las formas en que "El Burrito" dejará su historia en River.

Cuatro pasos tuvo Ortega por el club, donde alumbró con su fútbol marcó 65 goles y consiguió siete títulos, entre ellos la Libertadores. Pero también fue el lugar donde se perdió, sobre todo por traicioneras noches de alcohol que atentaron contra su patrimonio deportivo.

Se fue en 1996, pero volvió cuatro año después después de su intranscendente paso por Valencia (España) y Sampdoria y Parma (Italia). Dos años después se fue a Turquía para jugar en Fenerbahce. Final conflictivo como pocos al incumplir el contrato que derivó en una inhabilitación de FIFA. Pudo volver a jugar al fútbol en el país, pero fue en Newell?s donde se consagró campeón. También en esta etapa le hizo saber a los hinchas "millonarios" que River no puso la plata y por eso jugaba en otro club.

Otra vez volvió a River y todo bien hasta que al técnico Diego Simeone se hartó de sus faltazos y lo dejó fuera del plantel en 2008. Las dirigencias de River y la de Independiente Rivadavia, acordaron una salida, que involucraba un seguimiento a una cura contra la adicción. Ortega se fue a la bella Mendoza y jugó sin pena ni gloria en el austero Nacional B.

Y volvió otra vez a River en 2009. Ya no estaba Simeone y transitó los peores momentos deportivos del club. Pasaron Leonardo Astrada y Angel Cappa, pero llegó "Jota Jota". Soportó sobre finales del Apertura que faltara a una concentración en la previa de Lanús. Se hartó cuando no lo vio en el primer día de trabajo de 2011.

Por eso Passarella tendrá una difícil misión. De descubridor, pasará a definir el futuro del último ídolo "millonario".